Estudio de interiorismo – WABISABI STUDIO

El estudio Wabisabi no podría tener otro estilo decorativo que no fuera el «wabi-sabi». Pero ¿qué es el wabi-sabi y por qué lo hemos escogido como estilo predominante para este estudio?

Es el arte de la imperfección; los materiales reales y los efectos del paso del tiempo son la clave para alcanzar la filosofía Wabi Sabi. Se trata de una filosofía originaria de Japón que rompe con muchas de las típicas reglas de decoración, pues se opone a la simetría absoluta, a desechar lo viejo y a mantener los estándares de perfección en todos los detalles. Más que un estilo decorativo, el Wabi Sabi propone una filosofía de vida; una manera de vivir y de percibir el mundo, con el objetivo de aceptar pacíficamente el ciclo natural del crecimiento y decadencia inherente a la vida.

El autor Richard R. Powell afirma en su libro que “el Wabi Sabi cultiva todo lo que es auténtico reconociendo tres sencillas realidades: nada dura, nada está completado y nada es perfecto.” En la decoración, este estilo busca dar valor a los materiales en su versión más real, pura y honesta, en espacios que mantienen la estética de la corriente minimalista pero le agrega calidez a través de materiales rústicos y objetos que cuentan una historia. Tal como lo menciona el autor Andrew Juniper “si un objeto o expresión puede provocar en nosotros una sensación de serena melancolía y anhelo espiritual, entonces dicho objeto puede considerarse wabi-sabi.”

¿Qué significa Wabi-Sabi? En realidad no hay una traducción literal que explique el significado de esta filosofía, pero si analizamos bien, Wabi deriva de la raíz wa, la cual hace referencia a la paz, la armonía y el equilibrio. En el espíritu zen, la persona Wabi es quien es capaz de conformarse con muy poco, que está libre de ira y codicia y que entiende la sabiduría de la naturaleza. Sabi significa “flor del tiempo”, es decir la graduación natural del tiempo, la decadencia, la degradación y el entendimiento de que la belleza es efímera. Al juntarse, se obtiene la esencia de la filosofía: la belleza de lo imperfecto y el respeto por las huellas del tiempo.

¿Por qué escogí este nombre para mi estudio? Sinceramente, siempre he estado muy vinculada a la filosofía japonesa. De alguna manera, buscando referencias para encontrar un nombre que me describiera, el «wabi-sabi» fue lo que más se acercó. Creo que era este el concepto que mejor me definía y no por cómo soy, si no por cómo quería llegar a ser. Esto llevó a que mi estudio se llamara así.

Claves para decorar al estilo wabi-sabi 

•Celebra las imperfecciones. Este estilo se inspira en la naturaleza, y encuentra la perfección aún en sus imperfecciones. Todos los objetos muestran su historia a través de grietas, oxidación, marcas del clima y del paso del tiempo. Son aceptados y venerados en la decoración los jarrones antiguos, esculturas y todo tipo de objeto que sigan este principio. 

•Materiales naturales. Los materiales que emplees, deben ser cien por cien naturales. ¡Adiós al plástico! Muebles en madera natural, textiles vegetales como el lino, yute o el algodón, y objetos decorativos en piedra, mármol, cerámica o barro.

•Estética minimalista. Como toda la decoración japonesa, se aprecia la filosofía donde menos es más. Di adiós a la opulencia y encuentra el lujo en lo verdaderamente esencial. Este tipo de decoración se centra en los detalles y encuentra valor en lo que está hecho con las manos. 

•Colores de la naturaleza. Este estilo se define por la sensación nostálgica que provoca, lo cual se logra en parte por el uso de colores con tintes neutros: terrosos, beiges y grises son sus principales tonalidades. Úsalos en muros completos con texturas rugosas y mantente alejado de los colores vibrantes que rompen por completo con la línea decorativa.

Para realizar este estudio no se hizo nada diferente a otros proyectos. Siempre empezamos dibujando sobre un papel.

Al principio, realizar el diseño fue bastante complicado ya que, aunque tenía el estilo decorativo elegido, realizar la distribución de este espacio para que todo tuviera un sentido fue complicado. Lo realmente difícil fue ubicarme yo en ese espacio. Era un paso más en mi carrera y realmente estaba un poco al borde del precipicio; es ese miedo que siempre tienes cuando vas a hacer algo grande. Pero después de varios bocetos, y estudiar bien el espacio, pude ubicarme en el lugar donde quería trabajar.

Después vino la zonificación del espacio. Se dividió en cuatro partes: una para tener un espacio con mis clientes, que sería el espacio de la entrada, otra para tener mi zona de trabajo, que sería mi mesa, una tercera para ubicar todos los materiales y trabajar con ellos que sería la parte que está entre la zona del cliente y mi despacho, y, por último, una zona en la que pudiese tener reuniones con proveedores y colaboradores, y también poder comer.

Teniendo en cuenta los espacios zonificados y la circulación del cliente, quedaba por hacer la distribución del mobiliario, pensar en una buena iluminación y buscar todo el mobiliario adecuado a ese estilo decorativo. Intentando buscar que los espacios no fueran ni simétricos ni perfectos, pero si que fuesen siempre bellos, cuidados y relajados. 

Así que busque mobiliario que tuviera materiales naturales como la madera el lino, el terciopelo, etc. y utilizando tonos tierra como el beige el terracota el verde. Para la decoración utilizamos jarrones realizados a mano por una artesana lucense, plantas, flores, el troco de un árbol, cuadros realizados por artistas lucenses y otros por mi. Y como no, el espacio tenía que desprender un olor a hogar y a naturaleza para eso utilizamos el olor a mimosa, también tenemos velas que contienen ese olor. Tampoco podrían faltar libros sobre diseño y revistas de decoración.

Espero que vengáis a ver el estudio y podemos trabajar juntos durante mucho tiempo.