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El estilo Glam en el diseño de interiores es sinónimo de lujo, sofisticación y drama. Se caracteriza por su uso de materiales opulentos, acabados brillantes y una estética que busca destacar la elegancia y el esplendor. Surgido en el siglo XX, el Glam, o también conocido como “glamour”, ha sido una respuesta directa al minimalismo y a los estilos más funcionales, proponiendo un enfoque extravagante, refinado y lleno de detalles. A continuación, exploraremos su historia, características, elementos clave y consejos para implementarlo de manera efectiva en cualquier espacio.
El estilo Glam tiene sus raíces en el Hollywood de los años 30 y 40, una era de esplendor y elegancia cinematográfica. En esa época, el cine empezó a incorporar sets lujosos y glamorosos para atraer a la audiencia y vender una fantasía de riqueza y opulencia. Inspirado por el Art Deco, pero con una estética más cargada y audaz, el estilo Glam evolucionó como una forma de expresión que buscaba transmitir lujo y sofisticación.
A lo largo de las décadas, el estilo ha mantenido su esencia, adaptándose a las tendencias contemporáneas y encontrando nuevas formas de resaltar la elegancia y el drama en el hogar. En la actualidad, el Glam ha experimentado un renacimiento, tanto en su versión más tradicional como en variantes modernas y minimalistas que conservan el brillo y la opulencia característica del estilo.
El Glam se distingue por una serie de características que lo hacen instantáneamente reconocible y lo posicionan como uno de los estilos más lujosos en el diseño de interiores:
El Glam enfatiza la opulencia a través de materiales de alta gama, como el terciopelo, el mármol, los metales dorados y plateados, y el vidrio. Estos materiales aportan una sensación de lujo inmediato al espacio. El terciopelo en sofás y sillones, por ejemplo, es un tejido emblemático del estilo Glam, ya que añade tanto suavidad como un aire majestuoso.
El brillo y los reflejos son fundamentales en el estilo Glam. Los acabados metálicos en oro, plata, bronce y cromo son imprescindibles, así como el uso de espejos y superficies lacadas que multiplican la luz y crean una sensación de amplitud y glamour. Los espejos decorativos con marcos ornamentados o en mosaico se utilizan para reflejar la luz y agregar un toque dramático.
Aunque el Glam puede adoptar una variedad de colores, las tonalidades más utilizadas son los negros, blancos, grises, púrpuras y azules profundos, que contrastan con los metálicos dorados y plateados. Las combinaciones de colores tienden a ser llamativas, creando un fuerte impacto visual. También pueden incluirse detalles en tonos vibrantes como esmeralda, rubí o rosa intenso.
El estilo Glam no escatima en decoraciones lujosas. Las lámparas de araña, los candelabros grandes, las esculturas ornamentadas, los jarrones de cristal tallado y los textiles decorativos con brillos y bordados son elementos clave. Cada detalle está pensado para captar la atención y sumar al aura sofisticada del espacio.
El Glam es conocido por su sentido del drama y la teatralidad. Los elementos arquitectónicos como las molduras de techo, los arcos ornamentados, las puertas altas y los techos pintados o empapelados con motivos elegantes son comunes en este estilo. El Glam se atreve a ir más allá de lo sutil para crear un espacio que impresione y deslumbre.
El oro, la plata y el cromo son esenciales en el Glam. Pueden aparecer en mesas auxiliares, marcos de espejos, lámparas, patas de muebles e incluso en detalles de decoración como bandejas o portavelas. Estos materiales aportan el brillo característico y contrastan de manera efectiva con los colores más oscuros o neutros.
Los espejos no solo son funcionales en el estilo Glam, sino también altamente decorativos. Ya sea en grandes dimensiones o en composiciones más pequeñas, los espejos amplifican la luz y el espacio, mientras agregan un toque de sofisticación. Los espejos con marcos dorados o plateados, o aquellos de formas geométricas, son especialmente populares.
El terciopelo, la seda y el satén son materiales icónicos en este estilo, tanto en sofás como en cojines, cortinas o cabeceros de cama. Aportan textura, suavidad y una sensación de lujo al espacio. Además, permiten jugar con los reflejos de la luz, destacando su brillo natural.
La iluminación es clave en el estilo Glam, y nada dice más glamour que una gran lámpara de araña en el centro de una habitación. Las lámparas de cristal o con detalles en metal y vidrio son elementos icónicos, y se utilizan para añadir un toque de lujo a cualquier espacio, ya sea un salón, comedor o incluso un dormitorio.
El mármol es otro material destacado del estilo Glam, especialmente en tonos blancos, negros y verdes. Es común encontrarlo en encimeras, mesas de centro o revestimientos de paredes. El mármol aporta un toque de opulencia y durabilidad al diseño.
El estilo Glam puede ser espectacular cuando se implementa adecuadamente. Aquí algunos consejos clave para lograrlo:
El Glam depende en gran medida de la creación de puntos focales dramáticos. Puedes empezar con una lámpara de araña impresionante, una pared decorativa con espejos o un sofá de terciopelo en colores oscuros y profundos. Estos elementos deben captar inmediatamente la atención y servir como el centro de la habitación.
Si bien el Glam puede parecer a veces excesivo, es importante equilibrar el lujo con la funcionalidad. No se trata solo de llenar el espacio con elementos ostentosos, sino de asegurarse de que los muebles sean cómodos y que cada elemento tenga un propósito, aunque sea decorativo.
La iluminación es fundamental en el estilo Glam. Opta por una combinación de iluminación ambiental y decorativa. Las lámparas de mesa, apliques de pared y, por supuesto, las lámparas de araña deben aportar una luz cálida y suave que resalte los materiales brillantes y metálicos.
Combinar diferentes texturas es clave para evitar que un espacio Glam se vea plano o excesivamente recargado. El contraste entre superficies brillantes, como el vidrio o los metales, y tejidos suaves como el terciopelo o el cuero, ayuda a mantener el equilibrio visual y añade interés a la decoración.
Añadir piezas únicas o con un toque personal puede darle carácter a un espacio Glam. Desde obras de arte con marcos dorados hasta esculturas llamativas, es importante que el espacio no solo refleje lujo, sino también una visión personal y creativa.
El Glam moderno es una versión más contemporánea del estilo tradicional. Se enfoca en líneas más limpias, menos ornamentación y un enfoque más minimalista, pero sin perder el uso de materiales lujosos y acabados brillantes. El oro mate y los colores monocromáticos son comunes en este subestilo.
Este subestilo tiene una fuerte influencia del Hollywood clásico y del Art Deco. En lugar de superficies pulidas, tiende a utilizar piezas antiguas o de inspiración vintage, como muebles recuperados o espejos antiguos con detalles ornamentales. Es una celebración del lujo nostálgico.
El Glam industrial fusiona elementos del diseño industrial, como metales en bruto y espacios abiertos, con la elegancia del Glam. Las superficies metálicas pueden estar desgastadas, pero siempre se combinan con detalles lujosos como terciopelos, espejos y mármol, creando un contraste interesante.
El estilo Glam en el diseño de interiores es una declaración de lujo, drama y sofisticación. Se trata de crear espacios que deslumbran y que invitan al espectador a disfrutar de la opulencia. Con su énfasis en los materiales brillantes, los acabados refinados y la atención al detalle, el Glam es una opción perfecta para quienes buscan convertir su hogar en un reflejo de elegancia y esplendor. Desde sus raíces en Hollywood hasta sus versiones más contemporáneas, el Glam sigue siendo una de las opciones más icónicas y atemporales en el mundo del diseño.
Fuente de las fotos: Pinterest
© 2023 derechos registrados
creando espacios increíbles desde 2020
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